miércoles, 6 de junio de 2012

La vuelta a la libertad

A lo largo del último cuarto del presente siglo estamos asistiendo a una revitalización del liberalismo como corriente intelectual que ha prendido, de uno u otro modo, en las sociedades desarolladas. En tanto que doctrina de la libertad, el liberalismo es simple y a la vez complejo; reposa en un conjunto relativamente reducido de principios que subtiende, sin embargo, un marco orientador muy rico en significado. Aun cuando la posición original del liberalismo asume con fuerza el carácter unitario, indivisible o integral de la libertad no ha podido evitar que el desarrollo de una de sus facetas -la que mira al ámbito de lo económico- haya ganado el mayor de sus protagonismo. Ello ha servido de coartada a sus detractores para, ignorando sus orígenes y el núcleo moral y político de este referente ideológico secular, proceder, desde la caricatura, a su descalificación global. "Hoy -precisa Jiménez Losantos- es un fantasma alanceado por sus enemigos, pero acaso porque es mucho menos activo, menos visible, menos temido que durante la Guerra Fría. Motejado de neo y de salvaje, según los socialistas que lo bauticen, el liberalismo es algo más que un monigote teórico para hacer vudú, pero también algo menos de lo que debería ser".

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